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Fugaz mes abatido

Fugaz mes abatido Son las tantas de la madrugada, no tantas que está recién comenzada y el café a esta hora y en viernes siempre es un lago diminuto . Haces un repaso a toda la semana y te regocijas en las horas que restan hasta el lunes 7 a.m. Los fines de semana los planeas mentalmente, dejas aparte la agenda e intentas plantear dos días mágicos; además, con el tiempo, uno se hace más que amigo de una niña, uno se casa con esa niña que se hizo más que amigo y por último, uno tiene una hija con esa niña con la que un día hubo más que palabras. Esta retrospectiva sentimental de la vida, si así puede llamarse, se hace intensa, demasiado intensa los fines de semana. Quieras o no, los años te doctoran en cómo aprovechar el tiempo para transformar el “siempre lo mismo” en un “siempre distinto” porque llegará el día en que no habrá ni el siempre, ni lo mismo, ni distinto. La fugacidad se alimenta de cachos de vida mágicos -y es que vuelan- pero siempre lo he pensado: dadme un fin de semana mágico y venceré al mes despacio,lento, piano

5 comentarios

Tal -

¿Serás entonces de oro por la mañana, de plata por la tarde y mata al anochecer? ¿Qué mata?

Comemelón y pásamelo.

La_web_ona -

Literalmente, cogiendo melones literalmente.

Minotauro -

sonrisa cómplice

Tal -

No te asustes, y yo sandía. Hay que eliminar tantas toxinas que no sé yo si tendré vida para expulsarlas todas.

La_web_ona -

Pues no te puedo decir, llevo todo el día cogiendo melones. Una que es rústica y eso.