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Talycualear

Me mudo a blogger

A pesar de mi inglés, a pesar del ratito tan gustoso que he pasado aquí necesito con urgencia cambiar de aire en esta tupida red. Las razones no son muy claras y conociéndome, me callo.
He añadido la dirección a los enlaces de los blogs, por si queréis visitarla, lo que agradezco de antemano.
Desde talycualear -un experimento más- os lanzo un saludo y un beso para las niñas y un abrazo para los gachones.

Chao, nos vemos.

Colores y Morales

Colores y Morales

Bush entusiasma a importantes sectores religiosos en América y en España. Les parece una buena noticia el propósito presidencial de defender la familia y los valores morales. No seré yo quien niegue la importancia de estos temas, a los que dedico gran parte de mi tiempo, pero conviene precisar de qué estamos hablando. Comenzaré con una distinción terminológica. Entiendo por "Moral" el sistema normativo de una sociedad. Hay, pues, tantas morales como culturas: católica, protestante, budista, confuciana, hinduista, marxista, capitalista, tec. Por ello, al hablar de valores morales, hay que indicar de qué moral se trata. Esa variedad de morales exige la construcción de una moral "transcultural", válida universalmente, a la que llamamos "Ética", y que ha de ser laica. Las religiones se consideran fuentes últimas de legitimación moral, por lo que resulta imposible que lleguen a un acuerdo. Sin embargo, admiten una ética laica cuando se sienten en peligro, porque entonces apelan a normativas universales -y laicas- como son los derechos humanos, que las protegen. Las religiones han sido fundamentales para el progreso ético de la humanidad, y es estúpida la ferocidad ignorante con que se las critica. Pero las personas religiosas deben comprender que en este momento su obligación "moral" es colaborar a construir una ética laica que nos ampare a todos.

José Antonio Marina en diario El Mundo, 7 de noviembre de 2004.

Pitanza americana

Y el apellido se hizo carne de nuevo. Como así parece, ha ganado las elecciones Bush. Ahora, además de eso, comenzará a ser uno de los apellidos más escritos del planeta aunque seguramente, no el más buscado.
Como europeo, me horroriza que haya ganado él porque nos seguirá suministrando pitanzas envenenadas, en el orden político, en el orden econónimo, en el orden intelectual y cómo no, en el sobrenatural.

Buenas noches, amigas.

Ipaquizar la vida

Ipaquizar la vida

Llevo varios días complicándome la vida simplificándola. Dichosas máquinas, dulce tecnología. El hombre no sólo es un ser racional, es un ser tecnófilo. Ha caído por mi cumpleaños. Llevaba esperándola un buen tiempo y si soy sincero, firmé un pacto-ultimátum con mi mujer. No la obligué pero a cambio de un buen 2/55 en diciembre, una buena hp 3715 en octubre (hp no es la abreviatura de hija puta pero como piropo hacia una máquina, vale, no se molesta)

¿Lo mejor? El pocket word que me permitirá tomar notas electrónicas sin necesidad de recurrir ni a un bolígrafo ni a un obsoleto cuaderno de anillas -empiezo a echarlos de menos-; donde me de la gana, cuando me de la gana, no chilla, no molesta, es pequeña y oculta en el bolsillo derecho de la chaqueta es como un corazón -salven las distancias, coño-.

¿Lo mejor de lo mejor? El aunar asuntos laborales y personales en la palma de una mano. ¿Lo mejor de lo mejor de lo mejor? Que me bajaré Microsoft Reader para leer libros electrónicos aunque reconozco que esta opción me costará, me costará, lo reconozco.

¿Qué más decir? Permítame susurrarle que voy a disfrutarla; repito, el hombre es un animal tremendamente tecnófilo y con tendencia a especular sobre el milagro, cada vez más cercano, de los días de 36 horas. Esto, tener fe en la tecnología y en la sinapsis de las propias neuronas.

Chevalier servant

Chevalier servant

Hacer el memo hoy no es difícil. Rular de boca en boca tampoco. Te engordan a dimes y diretes de ignoras alucinaciones. Y ríes mientras alquitaras la esponja de tu propia y única individualidad. Y se joden, y se mueren de envidia, y gritan posesos. Y tu camino sigue parejo a ese verbo tan desconocido: rutilar, hoy hay personas que saben eso, rutilar.

Impromptus de Schubert

Impromptus de Schubert

No, el jeep no es rosa; la vida sí, es del color con que la embistes. Así como los impromptus de Schubert dicen que son a la vez piezas de salón y piezas salvajes por su gran dosis de improvisación, la vida es improvisar y concluir; siempre a las 23:59 h. Mañana será un día distinto porque compruebas que sí, que siempre consigues lo propuesto y por eso es distinto pero me quedo con los impromptus de Schubert que son en realidad, pura gracia romántica del mundo.

Adrian Leverkhün

Adrian Leverkhün

"La vida y la experiencia pueden prestar a ciertos vocablos un acento totalmente extraño a su cotidiana significación y coronarlos de un nimbo de espanto que sólo pueden comprender aquellos que hayan descubierto su sentido más aterrador”. (Thomas Mann en Doktor Faustus, Edhasa, 1998 página 11)

¿No es toda vida una genialidad? (No, no hay artículo la que valga)

Mi amiga Nora me ha escrito

Mi amiga Nora me ha escrito

Y en su carta, adjunta al mensaje principal, me ha transcrito las anotaciones que hizo del libro del Zafón, la sombra del viento. Me dice que me ahorre leerlo y que por el contrario, emplee el tiempo en lecturas más osadas, más valientes. Le he hecho caso; no te preocupes, guapa, no leeré eso que a ti te ha resultado mefítico. Un beso.

Sus acertadas anotaciones:

"Los adjetivos que le convienen a esta novela son disparatada, inverosímil, extravagante...
El propio autor llama, por medio del narrador o de los personajes a su obra sainete (351), melodrama (352), folletín (352)...

Quizá la explicación de todo el libro, su justificación, se pueda hallar en la siguiente oración: Julián hablaba con esa lucidez firme y tajante de los locos que se han librado de la hipocresía de atenerse a una realidad que no cuadra, p. 525.

Estilo:

Comparaciones abundantes y manidas:
- enrollarse como una persiana;
- más mierda que el palo de un gallinero.
O delirantes:
-Tenía la presencia fúnebre e incandescente, como una maldición con el traje de los domingos, p. 164.
El Bogart de la gabardina, Fumero, que entra en la librería parecía un personaje escapado de los grabados de un incunable... p.164.
Hacerse más largo que Los hermanos Karamazov.

Los arrebatos poéticos quedan en comparaciones de dudoso gusto estético, además, no mejoran la comparación del original.

Pleonasmos innecesarios:
- colarse dentro p. 80.

Expresiones más que dudosas:
- se me comió el silencio y la duda;
- calzar el tricornio, p. 100;
- vistiendo mis mejores galas y destilando vapores de colonia;
- arcos catedralicios;
- Auscultar con la vista 208
- Arbustos de llaves (manojos de...) 218
- El número de estocadas (por penetraciones a Bea), 293.
- Vistiendo su mejor traje y con aquella planta de caliqueño retorcido..., p. 356. (el RAE no recoge caliqueño, pero sí el DUE, su significado ‘coito’) Unos renglones más abajo la planta de caliqueño y todo eso se resume en que Lucía una tez amarillenta y picada de moretones, cojeaba de mala manera y se movía como un muñeco roto (357).
- El roce del viento en las tejas del techo... 359.
- Decidí seguir con mis proezas de lampista... 363.
- La culpa se me comía, 512.
- Embutido en no menos de tres bufandas y botas de asalto, 534.

Abuso de la hipérbole.
Tras fusilar a los generales rebeldes en la Barcelona del 36 hubo que meterlos en los ataúdes en estado casi líquido, 474.

Reiteraciones que producen cacofonías

Adjetivación rocambolescas: voz arenosa (¿quiso decir cavernosa?).
Mirada arenosa (306).

El niño Daniel habla como un catedrático en la ponencia de un congreso; desde que es un niño hasta que es un mozuelo siempre habla igual.

La Bernarda, que es inculta, se confiesa lerda, ni más ni menos (p. 119).

El padre se describe de forma contradictoria en la pág. 44.

Lo gótico, lo policíaco...

Repite la imagen caerse: la mirada sobre
Los ojos en
La lengua a los pies...

Una fraseología delirante... la madre del mariquita, don Federico, octogenaria, sorda y conocida como la Pepita era famosa por soltar unas ventosidades huracanadas que hacían caer aturdidos a los gorriones de su balcón, p. 185. Esta tampoco es mala: Sanmartí seguía espolvoreándome con sus insinuaciones, siempre prendidas de esa sonrisa aceitosa y gangrenada de desprecio que caracteriza a los eunucos prepotentes que penden como morcillas tumefactas de los altos escalafones de toda empresa. p. 518

Supuse que tarde o temprano tendría que desvelar parte de todo aquel embrollo a mi padre; qué parte exactamente, era harina de otro costal, p. 295

Aunque casi se murió de pena, cuando su esposo de tres años le anunció que la abandonaba (311).

La estación de Francia estaba desierta, los andenes combados en sables espejados que ardían al amanecer y se hundían en la niebla... (¡cojones!), p. 332.

No hay cambio de estilo alguno entre lo que escribe Daniel y lo que supuestamente escribe Nuria Monfort, p. 429 y ss. En toda la truculenta historia de Penélope, que ella cuenta por boca de Miquel Moliner, no aparece la mulata que trajo Aldaya... 456 y ss.

Julián, que tenía alma de poeta, y por tanto de asesino, (?), p. 456.

En vez de escribir algo semejante a dec¡dió retrasar el matarlo o asesinarlo, escribe que: Decidió aplazar la vivisección... p. 463.

Los cambios a cursiva no se justifican o, al menos, no son de comprensión inmediata.

Estructural:

Zigzagueo narrativo innecesario e improvisado en apariencia: el encuentro con
Fermín Romero de Torres, un vagabundo, que resulta poco menos que un académico. Infinidad de personajes que pululan...

Tomás Aguilar habla en latín a sus profesores porque en español tartamudea.

Si en su conjunto el argumento no parece seguir una línea y se hace imprevisible, las partes, sin embargo, que lo componen son de una sencillez de libro infantil.

Cuando le decae el negocio, saca de la chistera un rollo: tras la paliza de Fumero a Fermín, volvemos a casa de Barceló... y éste se suma a los protagonistas en papel de policía, pero este Barceló en nada se parece al hombre que conocimos antes, sino a un tipo muy semejante a Fermín, de verbo fácil, irónico, ya no es el sesudo librero interesado en La sombra del viento... 340 y ss. Y que luego, en realidad no hace absolutamente nada: es un callejón cegado.

Temático:

Los personajes, las noticias, los distintos sucesos son como el Guadiana: aparecen, desaparecen y todo ello al albur del autor, que se los va sacando, mezclando... hasta hartar...

Todo lo que hace referencia al asilo de Santa Lucía, p. 295 y ss., es de locura, vamos, la leche...

Su poquito de todo y todo muy de moda: sexo, religiosidad, guerra civil, ciudad (Barcelona), policiaco, misterio..., amor blandón de telenovela, ,

Todo es bastante inverosímil y no hay manera de saber si estamos en Las mil y una noches en Momo en la Historia interminable o con Víctor Hugo; pero de todos modos parece la novela de los recortes de la maternidad. Del costumbrismo rancio pasamos a la biblioteca que custodia el tal don Isaac, ese laberinto de libros que parece sacado de El nombre de la rosa de Eco.

El mundo del pedo en la casa de los viejos de la 300 más o menos en adelante: espléndido pasaje de mierda (304).

Cuando el músico le zurra, no encuentra un libro en el suelo por falta de luz y, sin embargo, ve la sangre en el sello de la mano que lo ha golpeado... ¡está bien!

Cultiva el culturalismo: algunos clásicos griegos y latinos, Kafka, Valera, Jovellanos, Víctor Hugo, Einstein, Simone de Beauvoir, Ortega y Gasset, Salgari, Spinoza, Julio Verne, Rilke, Ramón Gómez de la Serna, Wilfredo Velludo, Sansón Carrasco, San Juan de la Cruz, Voltaire, Zorrilla, Freud... todos están en la obra citados.
Innumerables guiños cultistas: citas literales de obras o bien por medio de expresiones: la ilustre fregona, diablillo cojuelo, el don Juan, el asno flautista,

La escena de sexo entre la ciega y el músico parece sacada de una película de segunda fila, p. 74.

Los policías son típicos, un Franco tópico de azúcar e inaugurador de pantanos.

Los caramelos SUGUS, la RENFE, RNE..., frasco de Fruco... ¿en los 40?

La escena de amor entre Bea y Daniel en las páginas 289-290 me gusta.

Daniel y su padre dan la sensación de ser unos pobretones, frente a Fermín, que depende de ellos y parece, sin embargo, dando propinas, el rey Midas..., 380-381.

Todos los industriales barceloneses ricos lo son con malas artes, no hay nadie adinerado y bueno, gente de corto ingenio, egoístas y folladores: Miquel Moliner es hijo de rico, pero al haber quedado en la ruina mejora sensiblemente... hija de un próspero fabricante de maquinaria textil que había hecho su fortuna desde la nada a fuerza de enormes esfuerzos y sacrificios, mayormente ajenos, p. 452; 515.

Con lo grande que es Barcelona no hay ni una puta pensión digna: todas las que el autor se encuentra son lo mismo: húmedas, oscuras, malolientes, sucias, llenas de putas y personajes siniestros...

Personajes:

Da la impresión de que los personajes a veces no tienen el alcance previsto por el novelista y los deja morir sin importancia entre las páginas: así Tomás, gran amigo de Daniel, desaparece de su vida por ensalmo; Isaac el custodio del Cementerio se proyecta en su hija Nuria Monfort...; son innumerables los que se asoman casualmente y al servicio de la trama con una importancia de la que después carecen en realidad: el religioso Fernando...,

Daniel y su padre son tan pobres al comienzo de la novela que se comen la sopa sobrada de la vecina, pero páginas más adelante, ya le deja el padre preparado al muchacho el desayuno, p. 178: tostadas, mermelada y un termo con café y estamos en el 54; cartillas de racionamiento hubo hasta el 52.

Los personajes son tópicos, arquetipos manidos y gastados:

Fumero es un trufado de Bogart con Torrente, 337-339.
Desde la Bernarda, la criada
Aurora la portera de la casa del Fortuny
El portero vecino de los Aldaya, el señor Remigio, es también como la Aurora en versión masculina: hablador por los codos, nada discreto... ambos hablan con Daniel como si lo conocieran de toda la vida... (las dos casas están cerradas y con misterio: los crucifijos la primera y las voces la segunda...).
Molins el administrador, que parece un detective de capa caída de película policíaca americana y mala.
Isaac y la historia de su novia muerta de tuberculosis.
Clara la bella ciega.
Bea la altiva hermana de Tomás.
El señor Aguilar el malvado padre que no comprende la genialidad del hijo que con un ventilador pretende hacer un clasificador para libros de la librería Sempere.
Tenemos a don Federico Flaviá, el relojero, que es un mariquita, que no podía faltar corriendo los tiempos que corren: cogido por la poli en actuación de Juana la Loca es detenido, vejado, etc. todo muy tópico, por un lado se hace burla burda y por otro se hace un exordio de defensa de género... 181 y ss
Don Anacleto el Gongorino habla como Fermín, pero diciendo más tonterías, supuestamente cultas, ampulosas, etc. 181 y ss
A Jacinta, que nunca salió de Toledo, p. 310, cuando vio los cabellos de Zacarías, esa especie de demonio, su sonrisa aparecía surcada de dientes triangulares y serrados como los que había visto en algunos peces de alta mar agitando la cola en la lonja de pescadores (¿serían los pescadores del Tajo?), p. 313.
Los alumnos que terminan el bachillerato, p. 326 son unos genios y las explicaciones que da Moliner sobre la señora Aldaya, un compendio: pp. 329-330

O Fumero actúa por pura maldad o no se explica en absoluto su interés y ensañamiento con Carax y lo suyo ¿o es que todo se explica porque vio a Carax darle un beso a Penélope?

VOCABULARIO:

Expelía unas llufas que perforaban la tapicería. P. 191

Trempera vespertina, p. 293.

Piedra putrefacta, 416.

Confunde misterio con enigma 211.

¿Qué es la pica? No está en el DUE.

Marrullo por marrullería, p. 337.

El primer puñetazo bastó para derribarle de un plumazo, p. 338.

Lo habían confinado en una habitación solitaria al fondo de un corredor con vistas a la playa, cercenado de morfina a la espera de que muriese. 499.

RELIGIÓN:

Bromas dudosas e irreverentes: 193, 225, 268
Escribir señor, por Dios, con minúscula, p. 483
Cuando un cura rapaz apareció para prodigar sus últimas bendiciones, lo ahuyenté a alaridos 500.

DISPARATES:

La sombra del viento se está preparando para marzo del 36 (204) (en la 468 dice que en diciembre del 35; en la 472 se nos aclara que la última novela de Carax se editó un par de semanas antes de estallar la guerra); en verano muere Carax (202); ¿y poco después aparece Laín Coubert que quiere comprar los restos de las ediciones de Carax (205) ¿Cuántos editaron y vendieron en mitad de una guerra?

Las páginas 468-470 son un caos de situación temporal y espacial... Las fechas, los tiempos verbales...

Fumero cuenta a Nuria que la guerra era una cruzada, ¿en el 36 y en Barcelona? p. 23, siendo él, además, un pistolero de la FAI, 382.

Barcelona, cayó en la guerra en unos días..., efectivamente el 10 de febrero del 39, unos días antes de acabar la guerra. 383

Escribe el nombre de la pasionaria con minúscula, p. 127.

Por la noche no hay palomas en bandos en las plazas, 219-220.

El autor confunde un rifle con una escopeta, p. 324, como si uno y otra fueran lo mismo o sinónimos.

Tengo serias dudas de que hubiese cabinas en los años 50 y menos aún que funcionaran con monedas, p. 378. Tampoco creo que existieran ambulatorios, p.387: todo lo más las llamadas casas de socorro.

Toda la historia de Fermín 383 y siguientes es tan inverosímil como la novela en sí: maneja los tiempos de la guerra en Barcelona sin ton ni son; dice que era un vagabundo, cuando éstos propiamente no existían, pues la ley de vagabundos y maleantes, creada y aplicada en la República, se siguió aplicando en la postguerra franquista.

Cuando llama a casa de su amigo Tomás Aguilar, la chica del servicio que se asoma por la mirilla pregunta: ¿Quién va? No está mal. 409. Encima sale a recibirlo con un cirio, ¿se puede saber por qué cojones no enciende la luz?

Al comienzo de la guerra Fumero ya era inspector, aunque se le supone militar y en la guerra, entiendo, donde ascendió a teniente... y supuestamente llegaría a general, aunque pasó media vida en reformatorios y cárceles..., según cuenta unas páginas antes, p. 475.

Un cuerpo había sido hallado en un banco de en el paseo del Bornes, contemplando la basílica de Santa María del Mar sentado con las manos cruzadas sobre el regazo. Una bandada de palomas que le picoteaban los ojos llamó la atención de un vecino, que alertó a la policía. p. 521; ¡menudas palomas carnívoras, coño! (las palomas no comen ni insectos, imbécil).

Es curioso que los libros de Carax apenas se conocen, apenas son leídos –se imprimían y eran guardados- y, sin embargo, cuando Barceló comunica que hay un ejemplar de La Sombra del Viento, hay libreros de Berlín, París y Roma para adquirir el libro. P. 524.

(Sigo sin olvidar en la 525 que Daniel andaba en busca de recordar el rostro de su madre... que se ha perdido, el rostro y su madre, entre un mar de asuntos diversos, 525), pero que reaparece en la 552, tras darle Fumero un tiro en el pecho.

La escena de la boda se me antoja surrealista pp. 562-563.

Mejor envolver las mierdas y tirarlas a la basura... Vaya por Dios"

(Autora de la crítica: A. J. Alcalá -Nora para los amigos-)

Opus Operis Fabrilium

Opus Operis Fabrilium

Siempre me he preguntado cómo sería un obrero de la Mercedes Benz. Esta misma pregunta se la hice a un amigo de toda la vida y se echó a reir. Me contestó que como se me ocurría comparar a obreros de distintas empresas si por naturaleza un obrero es un obrero, sea de IZAR o sea de Mercedes Benz. Le respondí sobre la marcha y le dije que se equivocaba porque un obrero de IZAR no puede parecerse en absoluto a uno de Mercedes Benz. Empecé a enumerarle criterios diferenciadores y logré convencerlo. Empecé por clarificarle que un obrero de la privada no puede ser el mismo en la pública. Me cortó de raíz y me llamó racista -mi percepción sobre su convencimiento fue pésima-. Yo le contesté entonces que lo que había que hacer era redefinir el concepto de obrero puesto que aún se usa a destajo.

Es como si Lenin nos estuviese esperando todos los días en el mismo bar durante décadas y décadas para tomar el mismo café, las mismas pastas y escuchar las mismas frases encendidas durante la tertulia roja.

Uno se harta y se aburre, ¡coño!

La noche tiene ojos de ramera.

La noche tiene ojos de ramera.

Si la noche tiene ojos de ramera, si mis alumnos feos son los más listos, si los más guapos son los que más pierden el tiempo, si mi hija consigue seguir así sin pegarse un batacazo –empieza a andar-, si todo sigue igual, prometo seguir escribiendo.

Sí, ayer releí esta cita de Shopenhauer en un libro de Azúa –siento pasión por su forma de escribir ensayo-, concretamente en el titulado El aprendizaje de la decepción y digo que estoy releyendo el libro porque la primera lectura me supo a poco y es que con fragmentos como este, que os voy a decir, opinad vosotros mismos:

“¿Y por qué se considera, oficialmente, que el muerto de la autopista es diferente al muerto en atentado? La respuesta es de sentido común: porque el muerto de autopista se ha matado, en tanto que el otro ha sido asesinado. Pero esto es un sofisma. La verdadera diferencia estriba en que las sociedades industriales admiten el gasto en muertos inherente al uso del automóvil, pero no el gasto en muertos inherente a la chifladura política, religiosa o sexual. Así se acepta sin pestañear el sofisma siguiente: el muerto de autopista le ha matado su propia libertad de usar el coche (como si tuviera alternativa real), y al de atentado lo ha matado la libertad ajena (como si el neurótico fuera “libre”). Este monumental enredo esconde una verdad espeluznante: hay muertes permitidas y muertes prohibidas; hay una violencia tolerada y otra utilizada como coartada para ocultar la primera”.

(Felix de Azúa. El aprendizaje de la decepción)

Requilorio en una presentación

Requilorio en una presentación

La veis mejor que yo. Es mi cuñada, la mujer de mi hermano Carlos.

Aquella noche mi hermana Leticia más que borracha estaba eufórica y decidió, costase lo que costase, por su homosexualidad y por lo que chulearía delante de sus amigas, presentársela a Carlos, sí, esa chica tan mona, como la de la foto que Carlos lleva desde hace tres años en su cartera como todo ser en esencia hispánico y como toda costumbre consuetudinaria y sin necesidad de explicar ese porqué un español ha de llevar la foto de su novia, mujer, madre, hermana, sobrina, nieta y demás féminas guardadas en el trasero, a veces, en el bolsillo izquierdo de la solapa izquierda de la chaqueta centrada mientras rodea con el brazo izquierdo y la manga izquierda de la chaqueta que en sí era también un sustantivo femenino.

A Olivia no hacía falta describirla. Sus sensaciones sudaban por sus ojos por lo que a los ojos de las otras, de las amigas de Leticia, eran no sólo ojos sino borracheras continuas de excitaciones raras, comprendidas desde su orientación desde la izquierda de su homosexualidad y desde allí, hacia el otro polo de su intimidad: intimidades que contaban supercherías fantásticas e imaginaciones sanas, demasiado naturales.

Y a Carlos, sólo se le ocurrió escribir unas letras en verso, que repetía cada noche mientras los ojos de Olivia tornaban al sueño de una fantasía y una bacanal lúdica, festiva y real.

Escuchar tus ojos es, pasar frío y pasar hambre porque son cómo límites sin cotas de finitud, acerbo del tiempo que no disfrutaré siempre y eso, Olivia, eso duele y mis ojos frente a los tuyos sólo les queda sollozar, con zeta sonora.

Un beso, preciosa.

Morenas en una morena.

Morenas en una morena.

En una mujer he descubierto a todas las mujeres.

Había oído esta idea miles de veces pero ayer en RNE 3 durante el programa de Siglo XXI en la sección del buzón de voz que tienen los oyentes para dejar sus mensajes, hacia las 10.30 de la mañana, se hizo muy presente. Tanto que estuve reflexionando sobre ella durante bastante tiempo; tanto, tanto que analizas pormenorizadamente la relación con la persona que has elegido para toda la vida.

Las elecciones siempre las he considerado así, a “tutti plen” porque detrás de una decisión siempre ha de existir una consideración, un sopesar, unos pros, unos contras pero cuando la decisión afecta a un nivel tan importante como el de la felicidad sentimental has de estar muy, muy seguro de no equivocarte. A seguridad creo que me ganan dos personas en este mundo –mi madre y mi hija- y acerté. Además, me adentré en los vericuetos de la reflexión y llegué a considerar que el truco estaba en presentizar las decisiones importantes, repito, importantes, durante toda tu vida, buscarles un acomodo aún cuando se den o se hayan dado situaciones que quieran expulsarlas. Una decisión bien tomada es torre, maciza, defensiva, ofensiva e inexpugnable frente a los avatares que como ejército organizado puedan acontecer.

Y entre las veredas asfaltadas de la Sierra de Segura, entre los chasquidos de los primeras berreas de la temporada, con la ventanilla bajada, inhalando ese frescor aventajado que la Sierra desprende, con el motor a pocas revoluciones, una ardilla allí, otra acá, hice muy presente la intervención de aquel oyente que hablaba de su compañera, de su mujer, de su nena y le di las gracias, a mi manera, porque son demasiadas las veces en las que la rutina diaria y laboral te impide divisar el firmamento sentimental.

Paré a tomar un café cortado en un hotelito rural, saboreé el momento y cogí un catálogo de casas rurales de la zona que había sobre la barra para empezar a pergeniar un fin de semana más.

Ella verá a una ardilla por primera vez y querrá perseguirla, balbucerará. Ella otra oirá con más frecuencia ese piropo, en ella, todas las mujeres.

Desayuno con Chéjov

Desayuno con Chéjov

Hoy he desayunado con Chéjov. La cafetería a las siete y media de la mañana siempre está atorada; roces, miles de vasos de agua por poner, el humo que atraes sin saber cómo, el codazo inoportuno que escancia –mejor que escancia, que desparrama- el azúcar en el plato y sólo tu café, tu lago diminuto como escribí el otro día acordándome de alguien, humeante, rico, sabroso, gustoso y fiel amante.
Decía que Chéjov esta mañana sin venir a cuento, mientras sorbía el cortado me decía: “un hombre es lo que él cree que es”. Así, sin más, sobre todo, eso, sin venir a cuento. Frente a nosotros estaba esa fotografía que he colgado acompañando estas letras y me preguntaba si esa fotografía realmente era lo que creía ella que era, un trozo de tierra descolocado, fallado anticlinalmente y con posibilidades de plegamiento invertido, convexo.
A estas alturas pensaréis que no estoy bien de la cabeza pero ese es un descubrimiento que hice ya hace treinta y tres años y a esa edad, he aprendido a decirme, ¿y qué más da? si con entenderme myself... Todo viene a cuento del cuento aquel, de la historia del patito feo en el capítulo en el que se encuentra con otros cisnes y arroja dos, tres, mil aldabonazos a los polluelos, pollitos y pollitas con los que creció. Vino a decirles algo como ¡al carajo, “partía” de gilipollas!
Y voló, voló, voló...

Aparcad la nube, que está en doble fila.

Aparcad la nube, que está en doble fila.

No me han invitado. Es de esas invitaciones a las que con gusto hubiese respondido, ¡no, gracias!

Siguen aparcando la nube en doble fila. La multa es cara. Están, como se dice habitualmente por los barrios más castizos de Sevilla, “acarajotaos” y aquí en este Jaén, "apollargaos". ¿Suena mal, verdad? Da igual, no lo has escuchado, lo has leído y es imposible que haya sonado como un trueno. Todo lo demás, pura educación; la tuya, yo no tengo.

A lo que iba, Foro de las Culturas como peguntoso sinónimo de Nivea factor 65 –los bebés usan ese- para que nuestra conciencia siga bronceándose reflejando los rayos de la pobreza hacia esa noche, quizás hacia ese universo que nunca llegaremos a inteligir. No, ni lo intentes. Todos están tan bien informados, tan al corriente de todo, tan sumergidos y bien equipados con sus trajes de buzo que realmente viven en derredor a su mundo, suyo, sólo suyo, aislados.

Se oye ya, gritan ya entre las paredes de la catedral del realismo, ¡Foro de mierda, Foro hipócrita, Foro europeo!

¡Bah!

La luna en mi alacena

La luna en mi alacena

“Como si el tiempo fuese un papel blanco
y tú un fragmento de algo nunca escrito”.

(Javier Cano El idioma de Adán, 2004)

Porque cae otra noche y otro día y ahora en otoño, otra hoja. Porque meditas qué quieres susurrarle en esta noche que cruza sin permiso rasgándote la hipocresía, situado a la izquierda, en la alacena de las estrellas, en el diván de ese fugaz cometa, en la cama, desnudo, impasible, aterrado junto a la luna, anhelando quizás un soplo, un aire zurdo e indeseado que ondeé como el trazo que dibuja el humo del tabaco, rubio, negro, gitano, sucio.

Y aquí te espero, acompañado de tantas hojas como las que he recogido en el parque, con ella, su sonrisa, sus pasos y su llanto.

Te quiero, Lidia.

¿Desecho humano?

¿Desecho humano?

¿Por qué nos quieren hacer considerar como un desecho a una persona inválida?
Navego Mar adentro buscando una respuesta pero vomito al llegar a la orilla de asco y mantengo mis naúseas ante ese progresismo mal entendido.¡Asco, asco y asco! Puto asco y puta manipulación mediática.

Midas en clave de sol.

Midas en clave de sol.

Melena rebelde, matutina y apergaminada, húmeda y acicalada que escribe durante las veinticuatro horas de todos los días la música necesaria para vivir feliz; un despertar que recorre todo un día y que se despide tarareando algo en clave de sol, la clave para una existencia más dulce, más melódica aún cuando pueda sonar un tambor.

Felicidades (artículo con fecha de caducidad)

Felicidades (artículo con fecha de caducidad)

Qué menos, faltaría más, ¿que no apareciese en el blog de su papá? Me lo echaría en cara, seguro, con el genio que tiene, ni lo dudo, me lo echaría en cara. Le sentó bien el viaje a Madrid, reía con más ganas pero no escribo lo que podía y pudo pensar cuando hace poco salió de Andalucía por primera vez en su vida. Estuvo recorriendo la milla de oro con su mamá, vio a la dama de Elche y le sacó un dedo irreverente a la pobre; se quedó de piedra.

Ayer, 16 de septiembre cumplió un año y sí, se hizo realidad, aquella frase tan manida, tan usada... ¡cómo pasa el tiempo! ¡un año! y joder, reflexionas como filósofo de tres al cuarto sobre el devenir, te miras y te ves igual -ojalá- y piensas y vuelves a pensar y escribes y lloras y te callas sosteniendo su imagen en cada minuto del día.

Dicen que los bebés son las personas que más estrés soportan; no me lo creo. Siempre están de cachondeo. Deseo desde hace un año llegar a casa para estrujarla, aceleras un poquito más toda tu actividad para engañar al tiempo, la recoges de la guardería como si de un robo se tratara y por ella, todo hay que decirlo, se me han caído los huevos, literalmente, vamos. Se me caen cada dos por tres, tanto, tanto que ahora tengo un timbre más agudo, mi voz pita mientras de reojo los ves ahí tirados en el pasillo, en en la cafetería, en la catedral, en la librería, en el Champion, en mi vida; me da pereza recogerlos. La raptas y la bandeas entre gritos, risas y guiños.

En fin, recomiendo ardientemente que cuando podáis, seáis padres y madres, estéis casados, solteros, viudos o separados.

¡Felicidades Lidia!

Mi paciencia dio a luz.

Mi paciencia dio a luz.

Mi paciencia ya ha sido mamá. Quiero fumar pero me he quitado; volveré, esto es insoportable. Respiro pero muero. Dosis diaria de planificación para no descarrilar. Tren que hace bi, bi, bo, bo. Está ronco, ya no sabe silbar. Su humo no es negro. La ley le obliga a expeler humo rosa, de maricón, maricón. No, no me gusta decir gay ni homosexual. Maricón al maricón, hombre al hombre y mujer a la mujer. Gay y homosexual son curtidos eufemismos, leves responsos a la falsa educación. Ser moña o ser maricón no es lo mismo que ser gay o ser homosexual igual que ser heterosexual no es lo mismo que ser metrosexual. Ahora que lo dices, sí, yo quiero ser metrosexual, está de moda, ligas más, estás en forma y no dejas de hacer el amor –otro eufemismo para decir follar-. En fin, vivan los maricones que reivindican que se les llame así, vivan los metrosexuales que transformarán esta sociedad de machos ibéricos y vivan las mujeres, para ellas, siempre vivas.

Fugaz mes abatido

Fugaz mes abatido

Son las tantas de la madrugada, no tantas que está recién comenzada y el café a esta hora y en viernes siempre es un lago diminuto . Haces un repaso a toda la semana y te regocijas en las horas que restan hasta el lunes 7 a.m. Los fines de semana los planeas mentalmente, dejas aparte la agenda e intentas plantear dos días mágicos; además, con el tiempo, uno se hace más que amigo de una niña, uno se casa con esa niña que se hizo más que amigo y por último, uno tiene una hija con esa niña con la que un día hubo más que palabras. Esta retrospectiva sentimental de la vida, si así puede llamarse, se hace intensa, demasiado intensa los fines de semana. Quieras o no, los años te doctoran en cómo aprovechar el tiempo para transformar el “siempre lo mismo” en un “siempre distinto” porque llegará el día en que no habrá ni el siempre, ni lo mismo, ni distinto. La fugacidad se alimenta de cachos de vida mágicos -y es que vuelan- pero siempre lo he pensado: dadme un fin de semana mágico y venceré al mes despacio,lento, piano